Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en todos los países del mundo. En nuestro país se producen 40.000 muertes súbitas por año.
Estar entrenado en maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte de un ser querido o de alguien a quien uno decide ayudar.
Muchas veces la primera manifestación de una enfermedad cardíaca es la muerte súbita definida como aquella que se produce en forma brusca e inesperada dentro de la primera hora de iniciados los síntomas. Esto no significa que la persona deba estar gravemente enferma para que ocurra.
La muerte súbita tiene alta incidencia en personas jóvenes y deportistas con “corazones demasiado sanos para morir” y más del 80% de las veces ocurre fuera del hospital (en casa, la vía pública, el trabajo, etc.), pero siempre cerca de alguna persona.
La muerte puede ser reversible si esa víctima es asistida por una persona entrenada en maniobras de RCP.
La RCP practicada por testigos circunstanciales aumenta entre 2 y 3 veces las posibilidades de sobrevida de una víctima de paro cardíaco.
La ciencia ha demostrado que las mejores oportunidades y tasas de sobrevida se dieron en comunidades entrenadas en reconocer una emergencia, activar el sistema de emergencias médicas, comenzar RCP precoz y realizar desfibrilación precoz.
Estudios llevados adelante en diferentes estados de Estados Unidos, cuyas comunidades han sido debidamente entrenadas, demuestran índices de supervivencia de 74% y más.
De todos estos datos se desprende que es la comunidad la primera Unidad de Cuidados Cardíacos de Emergencia.
Estar entrenado en maniobras de RCP puede significar la diferencia entre la vida y la muerte de un ser querido, un desconocido o alguien a quien uno decide ayudar.
La AAARBA es uno de los Centros de Entrenamiento que la American Heart Association (AHA) tiene en Latinoamérica y cuenta con más de 20 años de experiencia en la enseñanza de RCP.